miércoles, 16 de noviembre de 2011

¡Qué vida!

Nació, como otros tantos, en Filadelfia. No era el primero que sufría su climatología de sus calles y el hedor de los callejones; ni tampoco sería el ultimo. No se sentía especial, porque no lo era.; jamás lo había sido. Otros muchos, compañeros de aventuras, habían logrado acomodarse en lujosos despachos; otros se habían convertido en eternos estudiantes. Para todos ellos, su vida era monotona y carente de sentido; pocos eran los que lograban viajar. Pero él había decidido dar el paso, destacar, quizás triunfar. Y así lo hizo, trabajó duro, se esforzó, fue escalando poco a poco hasta lograr su propósito. Tras 5 años logró trabajar en Microsoft, y no tardó en ser imagen de uno de sus productos estrella. Se dedicaba a facilitar la vida de todos aquellos usuarios que se sumergian en el mundo del Office y él les ayudaba en sus primeros pasos. Pero como suele pasar en estos casos, se volvio ebrio de fama y acabo siendo odiado, "otra vez el puto clip de los cojones" era una frase recurrente. De repente, abandono la plantilla del filantropo Bill Gates, y nunca mas se supo de él.

 Hay quien dice  que sigue apareciendo en el cuerpo de baile de algunas galas; otros que si lo nombras tres veces delante del espejo, te hackea el Windows. Pero la teoría que mas fuerza ha ganado, es la de que ocupa un lugar en algún cajón abandonado, formando una cadeneta, al lado de unas grapas viejas y dos tacos de recibos.

Ale...a cuidarse!

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