miércoles, 30 de marzo de 2011

Petistas

Una nueva tribu urbana acecha tras la esquina. Están ahí, hibernando todo el año, hasta que alguna festividad los hace abandonar su placentero sueño. Durante el año viven una farsa completa. Algunos se hacen pasar por canis, otros por pijos, pero al final son todos igual de gilipollas. Durante el año se niegan el saludo, se conocían desde pequeños, pero diferentes tiendas de moda se cruzaron en su camino (bibliotecas, nunca), llegando incluso al insulto entre elllos; hasta que la festividad les activa. Se visten igual, las serigrafías hacen su agosto y compran unos petos que nunca pensaron que fuesen concebidos para trabajar. Diversos estudios afirman que la tontería les puede haber sido provocada por una deficiencia de la proteína Z.40, responsable de los procesos neuroquimicos que intervienen en la toma de decisiones responsables y dignas, desarrollada por una exposición prolongada a los permanentes, con los cuales son capaces de expresarse de una manera mucho mas elaborada de la que lo hacen verbalmente mediante en uso de frases jocosas y chascarrillos varios. Aunque no hay que olvidarlo, permanecen a la cola en ese noble arte en el que el orden piramidal que siguen es: eslóganes electorales, camisetas, chapas, retretes y petos.
Y acompañando a estos elegantes petos de colores, estridentes en algunos casos, están los complementos. Mochilas, pero solo las de cuerdas o versiones pigmeas; gorros, de barriero o paja; gafas, de aviador que provocan ceguera o de luces que provocan ceguera ajena; megáfono, si vives anclado en la moda del pasado; etc…
Pero tranquilos, he desarrollado un método infalible para identificarles. En su DNI, les precede un artículo.

Ale…a cuidarse!

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